domingo, 28 de abril de 2013

La verdad, la verdad y nada más que la Verdad.





En un abrir y cerrar de ojos me di cuenta de lo estaba ocurriendo y sin poder detenerme le seguí la corriente y de nuevo Bill se asomó a mi mente y comencé a besar a Tom como si fuera Bill con una pasión incontenible.
-Vaya… - sus ojos se iluminaron repentinamente y su sonrisa era más brillante que antes. Me quería morir cuando me di cuenta de que a quién estaba besando era Tom.
Seguidamente me ayudó a subir a su Audi y yo muriendo de vergüenza no pude dirigirle la mirada durante todo el camino.
-¿Te importaría si apago la radio? Me duele mucho la cabeza. – sugerí sin pensar que los efectos eran a causa de que mi estómago no contenía ni una pisca de glucosa.
El camino hacia el instituto transcurrió muy lento y el ambiente era más bien tenso e incómodo por lo que sólo mire a través del vidrio tratando de ocultarme de su rostro que me producía sensaciones extrañas e irreversibles.
De pronto mi estómago comenzó a rugir, me avergoncé y me llevé ambas manos hacia mi estómago como si al hacer esto apaciguaría el ruido.
-Vaya, pero diría que alguien no desayunó esta mañana. ¿Llegué muy temprano querida bella durmiente? – Los sarcasmos de Tom nunca faltaban, me gustaban porque me hacían reír.
-La verdad es que no he comido nada desde Ayer.- lo miré un poco avergonzada y mis ojos se encontraron irremediablemente con los suyos.
-¿Quieres que pasemos a un café aquí cerca del instituto?- sonrió.
-Pero… - me ruboricé.
-Nada de peros, ya me metí por esta calle y no nos queda de otra que bajarnos. -automáticamente me ruboricé, su expresión tenía el mismo semblante que Bill y eso me hacía parecer mucho más nerviosa.
Después de comer y pagar en el café nos dirigimos hacia el instituto tranquilamente, la situación se había alivianado un poco y todo volvía a recobrar la normalidad. Lo miré detenidamente unos minutos sin poder dejar de pensar en Bill, el hecho de extrañarlo tanto me hacía confundirme con Tom. Ahora todo estaba siendo claro para mí, lo que yo sentía realmente por Tom no era amor, sino una confusión. Y no estaba siendo justa dejando que todo esto se salga de control. Me detuve a pensar y todas sus reacciones fueron tanto amorosas como distorsionadas, yo no estaba enamorada de Tom, estaba enamorada de Bill y tenía que hacérselo saber.
-¿En qué piensas? – no me di cuenta cuando hay habíamos llegado y él estaba asomado a la puerta del copiloto para ayudarme a bajar.
-En que hoy hay examen de química y yo ni siquiera estudié – me reí dulcemente y me bajé.
-Diablos, ¡no me acordé! – su voz sonó un tanto desesperada.
-Siéntate detrás de mí – le sugerí ya que podía ayudarle en el examen.
Caminamos hacia el instituto y nuestra primera clase resultaba ser química. La profesora nos sentó a todos en filas separadas y comenzó a entregar los exámenes y le hice señas a Tom para que estuviera atento a mis señales. Tan pronto como comenzó el examen Tom comenzó a patearme debajo de las sillas para pedirme ayuda.
-¿Qué rayos es el ácido acetilsalicílico? – murmuró pegando su mesa cada vez más hacia mí.
-Aspirina. – respondí ladeando un poco la cabeza para que el sonido no se propagara.
-Pss.. Aspirina. – oí como Tom repetía lo que le había dicho a Georg, que estaba sentado justo al lado de él, literalmente al lado.
-¿Cuánto da la 22? – así seguimos casi durante más o menos la primera hora.
-Señor Kaulitz, cámbiese de lugar inmediatamente. – me estremecí cuando escuche a la profesora mencionar a Tom.
¿Por qué, señorita si yo.. – bufó.
-Ahora. - la mayoría de la clase de distrajo y mientras Tom se cambiaba de lugar con cara de Póker Gustav me hizo señas para que le diera las respuestas. Tan pronto como la profesora salió de la sala para llamar a otro profesor intercambiamos nuestros exámenes porque yo ya había termino el mío. Justo a tiempo cuando entró el señor Tanner comencé a responder el examen de Gustav mientras escuchaba como Georg lo maldecía por adelantarse.
-Se acabó el tiempo Alumnos, comenzaré a recoger sus exámenes.-  Sonó la campana y la profesora no alcanzó a darse cuenta del nombre escrito en el examen por suerte porque si lo hubiese hecho estaría frita. Después de escuchar la campana salimos hacia el patio para reunirnos con los demás. Pronto cuando vi a Tom me acerqué a él.
-A veces no eres lo suficientemente discreto para soplar tus respuestas- me reí y él se contagió por lo que lo hizo también.
Paseamos durante todo el tiempo libre hablando sobre las películas que nos gustaría ver y en eso me acordé de lo que había sucedido en la mañana por lo que debía apresurarme en soltar la sopa.
-Tom… me gustaría que conversáramos a solas en la hora de Almuerzo, ¿Podríamos? – bajé la mirada y espere su respuesta. Me miró confuso y asintió con la cabeza. Después de esto sonó de nuevo la campana avisándonos que comenzaría la clase de Matemáticas. Entramos al  salón y nos sentamos en los mesones del laboratorio en el cuál nos esperaba el profesor Jennaer con una gran cantidad de guías sobre el escritorio.
-Chicos, como sabrán nuestro próximo examen es la próxima semana por lo que tenemos muy poco tiempo para resolver dudas, les preparé una pequeña guía de repaso para que puedan estudiar para el examen, comenzaré repartiéndolas y espero que hagan de su tiempo un momento productivo – comenzó a repartirlas y en cuanto llegó a nuestro lugar se detuvo y le preguntó a Tom;
-¿Y cómo sigue su hermano? ¿Hay noticias de cuándo volverá? Se extraña el cerebro de ese chico- comenzó a reír y en seguida le entregó el mazo de guías a otro chico para que siguiera con la repartición.
-Bien, la verdad está muchísimo mejor, pero aún no sé cuándo le darán el alta, profesor. – El profesor Jennaer estimaba mucho a Bill ya que este era una calculadora humana, no sé cómo podía ser capaz de dar más de 8 decimales de una división sin detenerse a pensarlo demasiado. Era de alguna manera el  alumno estrella de la clase de matemáticas, principalmente hacía que el Profesor Jennaer tuviera con quién entretenerse y con quién discutir sobre ciertos asuntos referidos a la materia ya que la mayoría de la clase hacía otras cosas mucho más sencillas que resolver teoremas matemáticos.
-Bill, ¿cuánto es 43x12 dividido en 0,65? – preguntó Gustav pero inmediatamente se dio cuenta que su presencia hacía falta. – Oh cierto que aún no vuelve la calculadora, me hacía mucho más fácil preguntarle a él que hacerlo yo mismo, de hecho ni siquiera tenía que tomarme el tiempo de presionar los botones.- replicaban Gustav, Tom y Georg la mayoría del tiempo.
-Chicos, como veo que no están haciendo nada, se me olvidó mencionarles que la guía tendrá puntos base para el examen, por lo tanto la persona que quiere esos puntos me debe entregar la guía completa el día Lunes antes del examen ¿Entendido?- Acabado de decir esto me di cuenta que aún no terminaba la 2da plana y me quedaban otras 8 más.
-Se suponía que usted dijo que sería una pequeña guía… - Alguien comentó el voz alta
-Pequeñas guías, pequeños resultados. A trabajar antes que se acabe el tiempo, no son los únicos que desean ya irse a almorzar.
-Abby ¿Cómo se hace la 15? Y ¿Cuánto te dio? – me preguntó Georg.
-Da 50… Hey, hazlo tú mismo, tramposo – me reí y él me siguió.
-Creo que no estoy muy bien preparada para el exámen, iré a estudiar al Hospital con Bill. – sonreí y en ese mismo instante sentí los ojos de Tom posarse sobre mi rostro.
-Pueden salir a su Almuerzo chicos, nos vemos el jueves.- sonó la campana, arreglé mis cosas y me dispuse a salir a dar la charla que había estado pensando durante toda la clase de matemáticas. Nos dirigimos todos juntos para recoger el almuerzo pero yo y Tom nos sentamos en mesas separadas a las de Georg y Gustav.
¿Y bien…?- me miró con brillo en los ojos, no sabía cómo decírselo.
-Pues… es sobre lo que ocurrió esta mañana. – lo solté.
-¿Qué hay de malo con lo que ocurrió?  - me miró confuso, realmente confuso, debía ir directo al grano.
-Sobre el Beso. Tom… lo siento pero… como decirlo.. Okey fue un error. – no sabía cómo explicárselo, quizá todo era solo un malentendido.
-¿Error? Yo pensé que nosotros… - me miró con decepción.
-Nosotros somos amigos, Tom. Yo no sé qué ha estado pasando últimamente pero no quiero que nos confundamos, tan sólo no quisiera que tuviéramos momentos incómodos, como verás, no es que vayamos a convertirnos en una pareja.- me reí a causa de la gracia pero Tom parecía más bien ausente.
-Ya veo.- fue todo lo que dijo.
-¿Te ocurre algo? -Lo miré a los ojos, pero estos no me respondían.
-Lo que ocurre es que Te quiero. – dirigió inmediatamente la mirada desde sus manos a mis ojos. Sentí como el alivio regresaba a mi cuerpo.
-Yo también Tommy, yo también. – le sonreí tiernamente.
-No. Es que no lo entiendes Abby. – me miró con el semblante serio.
-¿Qué es lo que no entiendo? – tome la manzana de la bandeja del almuerzo y le di un mordisco.
-Te quiero. Te quiero de verdad porque Yo… yo… estoy enamorado de ti. Eso es lo que realmente pasa aquí.- me quedé de piedra y sin darme cuenta la manzana que tenía en la mano derecha rodaba por el piso.
-Sí, sé que te impresiona que te lo diga de este modo pero… respondiste a mi beso esta mañana y… - sentí como un nudo gigante me oprimía la garganta.
-No… no es lo que entendiste, Tom. Yo no quise… es que no eras tú.- no tenía ninguna otra forma de decirle más que la verdad.
-¿Qué no era yo? ¿Entonces quién es? – seguía con el mismo rostro de antes.
-Bill. Yo pensé que eras Bill cuando te respondí el beso en la mañana. Pero Tommy yo… no quiero lastimarte, no quiero que… - no tenía palabras.
-Lo sabía. Sabía que todo esto jamás podría ocurrir. Es mi culpa por ilusionarme mientras él no estaba. Lo siento Abby, no quería causar que te preocuparas – bajó la mirada y junto sus manos.
-Tom, mírame. Mírame. – levanté su mentón con mi mano.
-Te quiero, y mucho. Eres como mi hermano, mi mejor amigo, eres increíble y jamás olvides que siempre estaré para ti, pero mi corazón ya ha sido robado y aunque quisiera en estos momentos corresponderte, no podría cariño, jamás me imaginé que esto podría llegar a pasar, quizá hubiera podido detener esto antes de que avanzara tanto, tan solo te pido disculpas por no darme cuenta ant… -enseguida me tapó la boca con su mano y me miró con una sonrisa en su rostro.
-Realmente mi hermano es un chico afortunado. Demasiado diría yo. Lo envidió por tener consigo un ángel tan hermoso como lo eres tú. Y no tienes de qué preocuparte, te agradezco  que seas sincera conmigo y no me ocultes lo que de verdad sientes, eres una persona maravillosa y respecto a esto ya se me pasará, respeto tus decisiones y las de mi hermano, no soy quién para entrometerme en su relación, que por cierto es la relación más perfecta y hermosa que he visto jamás. Sé que él sabe la suerte que tiene.- me quedé helada y sin palabras.
-Gracias por entenderlo. – le sonreí abiertamente.
-Gracias a ti. – nos abrazamos sobre la mesa y después él comenzó a disfrutar su almuerzo mientras yo solo bebía un jugo porque no tenía ni una pisca de hambre todavía.
-¿Qué harás después de clases? ¿Te parece si vamos a visitar a Bill al hospital? – me preguntó Tom cuando terminamos de entregar nuestras bandejas del almuerzo.
-Mmm creo que tengo cosas que hacer por ahora, Tommy. Te lo agradezco muchísimo pero creo que llegaré a ponerme el pijama y a dormir eternamente el resto de la tarde. – nos sonreímos mutuamente mientras nos dirigíamos al salón para recoger nuestras cosas.

-Te veo mañana. Adiós y descansa ángel. – se despidió con un meso en mi mejilla y después tomo la calle a la derecha en camino al hospital. Caminé directo a mi casa y sentí como mi estómago comenzó a rugir de una manera horrorosa al igual que en la mañana, al parecer el hambre había vuelto a hacerse presente en mí.
Subí las escaleras de la casa para dejar mis cosas sobre mi cama cuando encontré un fax de mamá. Me avisaba que vendría a visitarme sin su pareja dentro de unos cuantos meses mientras hacía los preparativos para su empresa. Me alegraba mucho la idea de volver a tener a Mamá cerca después de que se marchara a Boston, en lo que restaba de Papá… mejor era no discutir sobre ese tema porque era un egoísta sin remedio. Me senté sobre la cama y mi mirada se posó en todas las fotografías que había de Bill y yo en la puerta, era mi collage de fotos de nosotros. No pude evitar sonreír de oreja a oreja al recordar todo lo que habíamos pasado, lo extrañaba demasiado, me hacía mucha falta poder tenerlo cerca. Después de bajar de las nubes me dirigí hacia la cocina para prepararme algo de comer, al parecer lo único disponible en la despensa era Pasta por lo que junté los ingredientes y me di cuenta que la Salsa de tomates era lo único que me faltaba. Tomé el dinero del estante de la cocina y salí veloz hacia el almacén que quedaba a una o dos cuadras de mi casa mientras dejaba que la pasta se cocinara tranquila. Corrí para evitar que la casa se incendiara y al ver que aún restaba bastante tiempo subí hacia mi habitación, me coloqué el pijama más cómodo y ya estaba lista para sacar los fideos de la olla cuando escucho sonar el timbre. Me puse nerviosa porque estaba en Pijamas y no se me ocurría quién podía ser, por lo que no le di más importancia a la situación y me aproxime a abrir la puerta. Cuando giré la manilla de la puerta y la abrí me encontré con una hermosa e inesperada sorpresa.
-¡Sorpresa! – lo miré sorprendidamente durante unos minutos que parecieron congelarse y luego me di cuenta que sostenía unas hermosa rosas Rosas en las manos, que para justo entonces alargó su brazo para entregármelas.
Las acepté, las coloqué sobre la mesita del teléfono fijo y sin lugar a dudas me abalancé sobre él, me levantó y me abrazó con todas sus fuerzas.
-Aún no puedo creer que estés aquí – dije aún con mi rostro escondido alrededor de su cuello.
-Lo primero que pensé hacer es venir a verte. No sabes lo mucho que extrañé hacer esto.- Posó su mirada sobre la mía para luego depositar sus suaves y cálidos labios junto a los míos. Le respondí al beso como si no hubiese un mañana y nos besamos bruscamente pero de forma apasionada durante un tiempo bastante prolongado hasta que ambos nos quedamos sin oxígeno y tuvimos que respirar una gran cantidad de aire después para no asfixiarnos.
-Eres la mejor sorpresa que jamás alguien podría darme. – Bill sonrió como un niño y tomó mis manos para después jugar con mis dedos.
-Nada me haría más feliz que verte, sigues igual de hermosa.- sonreímos juntos.
-¿Estás insinuando algo, ah? – lo miré enojada de broma por un momento
-No no no quise decir eso ,yo … - me acerqué a él y sus labios dejaron de emitir sonido.
-¿Estás cocinando algo? Huele delicioso... – me dirigí a la cocina para preparar ambos platos.
-Siéntate, está servido. – coloqué unas copas y saqué unas botellas de whisky que mi papá tenía en un estante.
-Amor, está delicioso, Apropósito, tengo una propuesta para ti- me encantaba su expresión tan radiante de felicidad, estar con él era como estar en el paraíso, sin exagerar.
-¿Propuesta? Acaso ¿aún no se terminan las sorpresas?- terminamos de cenar y dejé todo sobre el lavaplatos y me dirigí al sofá en donde Bill estaba recostado.
-Ven, recuéstate sobre mi – obedecí y me recosté junto a él, me abrazo y juntamos nuestros labios a la altura de nuestros rostros.
-¿Quieres que vayamos a la playa este fin de semana? tengo algunos preparativos que estoy seguro que te encantarán.-
-¿A la playa? Sí, me parece divertido, ¿Se puede saber alguno? – jugó con mi cabello durante un rato.
-Claro, arrendé una cabaña para nosotros por 2 noches, llevaremos comida y algunos tragos para divertirnos, además, ya sabes que me encanta la playa. – sus dedos de enredaron en las puntas de mi pelo y soltó una risita traviesa.
-No pueeedo esperar.- lo besé y entonces me acordé del examen.
-Billy… por cierto, cambiando de tema, tú y tú cerebro ¿podrían ayudarme a estudiar?- lo miré con cara de súplica.
-¿Para? Vaya, aún sigues con eso – se rió y su cuerpo se movía que hacía que mis piernas rebotaran en las suyas.
-En tu pequeña especialidad.
-Ah, matemáticas ¿no es así?, no tienes que preguntarlo cariño, sabes que siempre lo haré.
-No hay profesor más sexy que tú para enseñarme la parte más divertida de las matemáticas- juntamos nuestros labios y a su vez nuestros cuerpos. Después de un rato nos quedamos dormidos sobre el sofá y no nos dimos cuenta de nada hasta la mañana siguiente.

miércoles, 16 de enero de 2013

Capítulo 15; Que Violento eres.


Al darme cuenta de lo sonrojada que estaban sus mejillas no pude evitar mirarla como un bobo, no sé qué me estaba ocurriendo, era todo tan extraño y pasaba tan rápido que no tenía tiempo para reflexionar sobre mis actos, mi comportamiento se estaba saliendo de control a causa de lo hermosa que era esta chica, quizá anteriormente no me había detenido a mirar con detalle las facciones de su rostro, la forma en que camina, o como sonríe, simplemente la encontraba maravillosa y me encantaba pasar tiempo a solas con ella, no quería imaginarme ni pensar en lo que pasará después de que esto ya no se pueda   llevar a cabo, entonces me estremecí al llegar al estacionamiento del Hospital donde se encontraba mi hermano, mi hermano gemelo.
-Si no te molesta, me bajaré para llegar antes, te espero arriba- me sonrió y se apresuró en bajar pero el seguro estaba puesto.
-¡Deberías apresurarte si no quieres llegar último!- Solo en una milésima de segundo su esbelta silueta había salido del coche y corría en dirección hacia la entrada.
Estacioné el vehículo cerca de una máquina de refrescos, me bajé y comencé a jugar con algunas monedas entre mis dedos, no tenía cara para subir y ver a mi hermano después de pensar cosas así con mi nov… digo, su novia. No sabía si estaba mal o bien lo que estaba haciendo, pero me gustaba, y yo siempre trato de buscar lo que me gusta, pero creo que he llegado demasiado lejos, bueno al menos nadie se ha dado cuenta y tampoco ha llegado a más, me conformo con algo. Sentí que algo vibró en el bolsillo de mi pantalón y era un mensaje, no quería ni imaginarme de quién era si ya sabía la respuesta, era Alex. No lo leí y lo borré, no tenía más espacio en mi mente para estar pensando en lo que sucedió hace poco, ya se estaba haciendo tarde y se extrañarían por qué no he subido, por lo que cerré el vehículo y tome aire para seguidamente darme la vuelta y apretar el botón del ascensor.
Al llegar a la puerta me detuve y solté todo el aire que se había acumulado en mis pulmones, giré la manilla y abrí la puerta, al entrar los vi juntos, de la mano y… muy felices.
-Eh… hola. - ambos giraron el rostro en dirección hacia mí, me sentí un poco raro y al ver a Abby tan cerca de mi hermano, sentí una puñalada en el estómago.
-¡Tom!, vaya, te tardaste mucho en subir, para la próxima te traeré yo misma- se rió con su dulce voz, tan suave, tan hermosa, tan ella.
-Eh… si, esto… me tarde. - no sabía que decir y a la vez me sentí muy incómodo.
-Adivina qué, a Bill le darán de alta muy pronto Tommy, ¿No es grandioso? - me preguntó mi ángel.
-¿De verdad? ¡Esa es una excelente noticia! - me sentía contento por una parte, era mi hermano de todos modos.
-No está nada mal para ser tu primer cambio desde hace años- me alabó Bill acerca del nuevo corte de cabello. Este tenía un enorme yeso en su brazo derecho, al parecer le habían quitado el otro que tenía en el brazo izquierdo y otra de esas cosas molestas para el cuello, como quiera que se llamen, estaba bastante mejor después de la última vez que lo vi.
-Pues… Sí, Abby me ayudo en todo, ella es grandiosa. - me detuve a mirar sus delicadas facciones, es que parecía un chico de 16 años aprendiendo sobre el amor. Estaba tan distraído que no me di cuenta cuando Bill me lanzó una mirada amenazadora, quizá estaba siendo demasiado obvio y tendría que disimular al menos delante de él.
Sentí como mil flechas se clavaban en mi pecho cuando los vi besarse, me sentía demasiado incómodo, me sentía raro, no tenía la menor idea de cómo había sucedido todo esto de los sentimientos encontrados hacia mi mejor amiga, que era mucho más que eso porque ella ya no podía ser mía, porque lamentablemente, sí, esa es la palabra, lamentablemente tenía dueño, pero ya no era necesario que me tomara un tiempo para aclarar mis sentimientos, ella me… bueno es que ella me… ella … ella me gusta. No puedo hacer nada contra ello.
- Chicos ¿Podrían disculparme? necesito ir al baño. -seguidamente abrí la puerta del baño y me senté sobre la encimera, me sentía muy mareado, me dolía la cabeza y también me dolía el corazón. No me di cuenta cuando ya habían pasado prácticamente 16 minutos. Estaba a punto de bajarme cuando escuché el ruido de la manilla de la puerta abrirse, me estremecí y me bajé tan rápido que no sentí el roce, levanté la vista y allí estaba mi Gemelo.
-¿Tom? ¿Te sientes bien, hermano?, te noto muy pálido… - Bill se había levantado solo para venir a verme, me sentí el peor ser del universo.
-Oh Bill, ¡no te levantes!, ¿Qué haces?, Vamos, ve a recostarte de nuevo. - lo ayudé a recostarse hasta que estuvo en cama de nuevo.
-¿Me dirás? No soy tan tonto como crees, a ti te pasa alg… -
-¿Pasarme algo? De qué hablas, siempre hemos sido del mismo color del papel, no te preocupes hermanito, tú descansa, es solo que me cayó mal el desayuno.- nada que decir.
-Eres un idiota Tom.- espetó.
-Lo sé Bill, lo sé. Es solo que necesito tomar aire, es todo.- Lo necesitaba de todos modos.
-Iré a comprar un refresco afuera chicos, no me extrañen, tengo cosas en qué pensar… y Bill me alegro de que te estés recuperando, Hermano, te veo luego. – Les sonreí y decidí alejarme de allí, sabía que no estaba siendo muy disimulado en ese momento pero necesitaba respirar un aire que no estuviera contaminado con medicamentos, suero y todo ese olor tan anti gérmenes, necesitaba alejarme de todos, me sentía triste y no alcancé a responder a lo que me habían dicho Bill y Abby porque cerré la puerta tras mi antes de que ella pudiera detenerme.
Salí al estacionamiento y me senté en un asiento para personas discapacitadas, no había nadie que lo necesitara por lo que no le tomé mucha importancia, no sabría qué iba a hacer cuando Bill saliera del hospital, quizá esto del enamoramiento se me pasaría, o tal vez aumentaría y sería como tener una llaga en el corazón, apunto de quemarme el resto de los órganos. Miré mi celular y Georg me había enviado un mensaje, decía lo siguiente:

“heey…mañana hay examen de Química, recuerda el trato que me debes con las respuestas >:l ”

Rayos, se me había olvidado por completo el examen de Química, necesitaba subir mis notas, estaban lo suficientemente bajas como para que reprobara la asignatura y la única persona que me podía ayudar era Abby, mi cerebrito. Estúpido bastardo, odiaba hacer tratos con él, todo porque me daba el postre de su almuerzo.
Pasado unas cuantas horas sin darme cuenta, decidí dar un paseo afuera del hospital, cerca de allí había un parque que era lo bastante grande como para seguir haciendo hora hasta que Abby y susodicho terminaran de intercambiar saliva. Cuando estaba de regreso en el hospital escuche unos pasos detrás de mí que parecían seguirme, me di la vuelta despacio como en las películas de suspenso con el celular en la mano como para pegarle si fuera algún ladrón sinvergüenza,pero me encontré con una gran e inesperada sorpresa.
-Necesito verte, digo… hablarte, Tommy - su voz era como truenos para mis oídos.
-¿Es que tú jamás te aburres de perseguir a la gente?- hablé sin pensar, de todos modos tampoco hacia falta.
-¿Por qué te comportas de esta forma? No te he hecho nada… -Su voz sonó un poco asustada y confundida.
- Eso es lo que tú piensas, ¿Por qué rayos no te vas de una vez por todas?, esfúmate. -estaba demasiado enojado.
- No me trates así Tommy, digo, Tom. No tienes derecho a tratarme así.-  su mirada penetró en mi pupilas con una fuerza que no sabría cómo describir.
-¿A no? Entonces no tienes por qué molestarme, yo puedo tratarte como quiera porque no hay nadie que me lo impida, si no te gusta, puedes marcharte. - Estaba perdiendo la paciencia.
- No puedo dejarte ir, necesito que vuelvas a estar conmigo, lejos de aquí, Tú… eres todo lo que deseo. -  No alcancé ni a parpadear cuando sus labios estaban sobre los míos en un acto forzado porque yo no quise seguirle la corriente.
-¡Basta!, te prohíbo que vuelvas a hacer lo que has hecho, ¿No te das cuenta que eres Insoportable?, Lárgate de una vez, y esta vez no vuelvas nunca más. - la empujé, no tan fuerte como para botarla, pero lo suficiente como para alejarla de mí. Me detuve un momento para recuperar la compostura.
- Estás demasiado violento, ¿Qué mierda tienes en la cabeza? Vamos, no quieres admitirlo, aunque me trates como una escoria, sé que aún sientes algo por mí. - vi como sus ojos cobraron una forma acusadora para hacerme mostrar desconcierto y miedo.
-Siempre supe que serías un problema desde que te vi, eres una estúpida, no tienes idea de lo que hablas. -le dije aún más enojado.
 -El único estúpido aquí eres tú. – Me devolvió la palabra.
­-Escucha Alex, ahora no estoy para tus jueguitos, ¿Por qué mejor no gastas tu tiempo  acostándote con el vendedor de Café? He oído que está un poco necesitado y tú puedes … -No alcancé a terminar cuando recibí  su cachetada.
- ¡Imbécil! ¿Cómo te atrev…?¡Eres un IMBÉCIL! ¡IMBÉCIL! -No dejaba de chillar como una niñita.
-Estás haciendo el ridículo, pobre - Solté una carcajada, me divertía molestarla, no tenía sentido pero tampoco iba el caso para darle espacio a la razón.
-Te odio. - Fue todo lo que dijo.
-¿No que me amabas? – Seguí con el juego.
-¿A qué quieres llegar? Madura ¿Quieres?, Nunca llegarás a nada en la vida si sigues haciéndote el indiferente, Apestas, Tom. No sé en qué pensaba cuando pensé que podía con esto, Eres una basura. - Sonó dura.
- Gracias - Sonreí.
-Imbécil. - dio media vuelta y comenzó a caminar lejos de mi vista.
-Puta. -  Qué insoportable…
Al decir esto siguió su camino lanzando humo por las orejas, realmente estaba enojada. Cuando decidí alejarme vi el rostro de Abby acercarse hasta mí, podía ver que traía buenas noticias, a estas alturas ya ni sabía lo que eran Buenas noticias.
-¿Cómo te fue? – le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.
-Excelente, Tommy. Pero… me extrañó que te quedaras tan poco tiempo, Bill quiere hablar contigo a solas para la próxima visita, Si vas a preguntarme el motivo no lo sé, tan solo me dijo que te diera el recado. -Frunció el ceño, era tan linda.
-Pues... sí, es el aire acondicionado, me pone de mal humor. -No se me ocurrió algo mejor.
-Está bien, Bobo. ¿Podemos irnos ya? Mi padre me llamó hace un rato, pero no pude encontrarte. -lo bueno es que no siguió preguntando.
Tomé su mano instintivamente y nos adentramos camino hacia el coche en el estacionamiento, ella parecía metida en sus pensamientos por lo que no notó que nuestros dedos estaban entrelazados, quizá era mejor que ella no se diera cuenta o quizá sí, todo estaba pasando demasiado rápido para mí, apenas lograba darme cuenta si estaba o no respirando.
Cuando llegamos a su casa, apagué el motor y la ayudé a bajarse, eran como las 8:45 de la noche y su padre quizá se enojaría pero ni yo ni ella nos dimos cuenta de la velocidad que llevaba, cada uno metido en sus propios pensamientos, Abby estuvo todo el camino mirando a través de la ventana mientras yo me sentía a gusto con el silencio, había pasado por un momento muy incómodo y no me quedaba más para decir.
- ¿Ocurre algo, pequeña? – Aún seguía sin decir una palabra.
- Oh, no no Tommy, es sólo que me siento un poco mareada, eso es todo, nada de qué preocuparse y… Gracias por traerme de vuelta a casa. – Se acercó y me besó en la mejilla, fue tan rápido que apenas pude percibirlo.
- Nos vemos mañana – le hice señas con mi mano derecha.
-¿Mañana? ¿Iremos a algún lado? – Preguntó, confusa.
-Am… ¿La escuela? ¿No quieres que te venga a recoger por la mañana? No entiendo… - ahora el que parecía confundido era yo.
-¡Sí! Digo no, ay, Sí Tom, Sí, Sí. – se llevó una mano hasta la frente.
- Está bien pequeña, que descanses. – no me atreví a decir que la quería, porque ella no tenía ni la menor idea de cuánto.
Acto seguido entró corriendo hacia su casa, cerró la puerta y no volvió a salir hasta la mañana siguiente.

Por Abby.

Después de ver a mi padre, a quién ni la mirada podías dirigirle, me obligó a desempacar muchos paquetes y frascos de unas cajas que estaban en el sótano, como él jamás me decía para qué me mandaba a hacer esas cosas no pregunté, tampoco tendría sentido y mucho menos quisiera saber en qué andaba metido mi padre, comprendo por qué mamá se fue de la casa, ella era la que tenía que cargar con todo el peso de sus mandatos. Mamá… Cómo la echo de menos, extraño verla todos los días, extraño su voz, la extraño a ella. Pero me hace feliz saber que está en un mejor lugar ahora, con una mejor persona y con una mejor vida, aunque nuestra separación haya sido de lo más dolorosa, siempre le desearé lo mejor, no iba a obligarla a seguir encarcelada en este infierno, mucho menos soportar que mi padre le pegara, ahora aunque casi nunca nos vemos, ya que ella comenzó a hacer una nueva vida con John, y juntos se mudaron a Massachusetts, nos comunicamos por Fax o por mensajes web cada vez que podemos, las llamadas a larga distancia no siempre funcionan como deberían debido a que aquí en Rostock, Mecklemburgo esas líneas se cortan en la costa, aunque Rostock es un lugar acogedor y bastante pequeño en comparación con Berlín, no era de su agrado debido a que John lo tenía todo allá y por supuesto, se llevó a mamá junto con él. Extraño que ella me aconseje sobre cómo resolver los problemas diarios, ella era como el diario de vida que nunca tuve uno porque ella era el mío, si no fuera por Bill y Tom, mi vida sería un desastre ya que ni amigas tengo, al contrario todas han sido unas ratas chismosas, nunca se dio en mí el talento para socializar con ellas, aunque compartimos gustos parcialmente parecidos simplemente no era lo mío. Al pasar los años, Bill y Tom se mudaron a Rostock, ellos vivían en Berlín junto a Simone y Jörg, pero cuando cumplieron los 7 años, sus padres se divorciaron y comenzaron una nueva vida aquí. Aquí hay unas cuantas escuelas, institutos y universidades, nuestro instituto es el más grande de la ciudad, y por decisión del destino nos unió a Bill y a mí. Bill y Tom cuando llegaron eran completamente inseparables, bueno aún lo siguen siendo y jamás lo dejarán de ser, estoy segura que me casaré con Bill y Tom a la vez, pero desde que su mamá se casó con Gordon, han vivido una vida bastante feliz, además tampoco somos solo nosotros 3, también están Georg y Gustav, son nuestros amigos más cercanos, siempre almorzamos juntos en la cafetería y generalmente en los trabajos de grupos nunca nos preocupamos por el número porque casi siempre son de a 5. Georg vive a unas cuantas cuadras de mi casa, y Gustav vive un poco más lejos que los demás, su casa es enorme y está junto a un lago llamado Rainlook, su padre es uno de los dueños de la costa y algunas veces siempre nos invita a dar un paseo en bote.
Una vez que terminé de desempacar, mi padre me dio 35 dólares y me di una ducha rápida para poder subir a mi cuarto y seguir pensando en lo que me había dicho Bill, es extraño y un poco raro porque cuando pienso en eso me duele un poco el estómago y mi cabeza no deja de dar vueltas, es que el tal solo pensar que Tom y yo…
En eso no me di cuenta cuando tropecé con uno de los escalones y casi me caigo, pero por suerte tenía las manos libres como para recobrar la compostura. Cerré mi puerta y acerqué mi mochila a mi escritorio para arreglar las cosas para el instituto, Diablos, mañana era el examen de química y no tenía ánimos para tomar los libros, que la suerte me acompañe mañana.
Cuando tuve todo listo, fui al baño, me cepillé los dientes y me puse Pijama, dejé mi celular sobre mi mesita de noche y finalmente me acosté, pero conciliar el sueño no fue fácil en absoluto, mi cabeza daba vueltas y vueltas y aún no podía quitar de mi mente la frase que dijo Bill;

“Es una locura, pero podría jurar que Tom se está enamorando de ti”
 
¿Qué!? , claro que es una locura, Tom es mi mejor amigo, mi consejero, mi payaso, es un gran chico, es atento, cariñoso, inmaduro, testarudo, egocéntrico, impulsivo, obstinado, es… es… maravilloso.
El tan solo pensar en que entre Tom y yo… se me revolvió el estómago y me sentí extraña, Bill es su hermano y de seguro aún está mal de la cabeza por lo del accidente y sólo dice tonterías que cree que son así pero en verdad no lo son, además nada de eso puede ser cierto porque, bueno porque… no lo sé.

*FLASHBACK*

-Tus ojos son realmente hermosos, Abby.me encanta que sean Verdes- Tom se acercaba cada vez hacia mí, no podía quitar mis ojos de los suyos, era como si me gustara, pero en ellos encontré algo que era mío, ellos me recordaban a Bill. De pronto me sentí muy nerviosa, y ahora podía sentir el aliento de Tom chocando contra mi nariz,  y entonces pasó lo que supuse que pasaría, nos besamos. No sabía qué hacer, no sabía si devolverle el beso o no, pero sus labios eran tan suaves y delicados que no pude evitar moverlos al ritmo de los suyos…
Tom había apagado la luz y solo podíamos ver por el pequeño rayito de luz, estaba todo tan calmado pero me comencé a sentir nerviosa. Tom comenzó a hacerme un pequeño masaje en la cabeza, y posó su otro brazo sobre mi cintura, él de apoco de incorporó a la cama hasta quedar acostado justo al lado mío.

*FIN DEL FLASHBACK*

Oh dios, nos… besamos. me llevé una mano hasta los labios recordando el sabor de los de Tom, se me revolvió el estómago, mi corazón comenzó a acelerarse y no podía respirar muy bien, aún no podía olvidarme de todas esas imágenes, me sentía avergonzada y extraña, pero por mi cuenta pienso que no fue algo tan malo, un error lo puede cometer cualquiera, además todo lo que yo siento por él es…
Desperté con el sonido de mi celular, era Tom, estaba afuera esperándome para ir al instituto y yo ni la cara aún me había mojado, me levanté de la cama de un brinco y corrí hacia la ventana para hacerle señas a Tom para que esperara un momento. Tomé una ducha rápida, bajé las escaleras y mi padre había preparado el desayuno, cosa extremadamente inusual, lo miré confusa y después lancé una mirada rápida a los Waffles que estaban sobre la mesa, tenía mucha hambre ya que no había comido nada en todo el día de ayer cuando llegue del Hospital, pensando que aquellos eran para mí, tomé el plato y de pronto mi padre exclamó;
- Oye, pero ¿Qué haces? Deja eso ahí, Vamos, déjalo, no es para ti –
-Pero yo pensé que… - no sabía que decirle.
-¿Qué esperas? Ash, nada puedes hacer bien, todo lo tengo que hacer yo, estos son para mis amigos, no para ti, para eso te di dinero anoche, vamos, vete vete – me quitó el plato de las manos.
Mi estómago rugía y sin más que hacer di media vuelta y me alejé, no tenía sentido discutir con mi padre, era un testarudo. Llegué a la puerta, giré la manilla y al salir choqué con el rostro de Tom, mi cabello se enredó en su chaqueta y quedamos a una distancia tan mínima que podría jurar que menos de 3 cm no era. Tom posó su mirada sobre la mía y no pude quitar mis ojos de allí, por dentro lo único que quería hacer era apartarme pero fue demasiado tarde cuando sus labios rozaron los míos.

Continuará




viernes, 13 de julio de 2012

Se alejaron, tanto, que ni siquiera podían verse. Pero olvidaron un detalle importante: por mucho que se alejen, el mundo es redondo, y llegará el punto en el que se reencuentren, y esa vez, será para siempre.



¿Es ficción?, ¿son recuerdos?
No indagues linda amiga, es mi corazón que habla,
O eso, o nada,
Te tengo, recojo las alas y en pleno vuelo las despliego sin miedo 
Así hasta el infinito cercano de tu rostro,
Ese que no recuerdo.


“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”.


lunes, 9 de julio de 2012

Capitulo 14; Nuevo look




Narra Tom: 


Salí de allí con gran rapidez, no había visto antes a su padre, que por cierto no se parece nada a ella. Abby era ese ángel que todos deseaban. 

Abrí mi auto para viajar a Dios sabrá dónde. Aun no era tan tarde para hacer algo, parecía ilógico, pero quería parecerme a él, quería parecerme a mi hermano, quería que ella se enamorara de mi y ¿Qué mejor forma que siendo igual que él?. Así esto me estuviera costando todo lo que tenía, lo que estaba empezando a sentir por esta chica me estaba volviendo loco...y entonces me detuvo algo, algo que se llama culpa. 

-¿Thomas?- Escuché como mencionaban mi nombre completo. -Tommy- miré a la izquierda, y su cara me llevo al pasado. -Es que acaso..¿Te has olvidado de mí..cariño?-enfatizo esa palabra y tuve esa sensación en el estomago que había dejado de sentir hace mucho. 
-Vaya..pero si te has puesto más guapo- Dijo con la voz que había tratado de olvidar. Estaba en shock, no sabia que decir o hacer. Y el semáforo cambio. -Venga..sígueme- Me guiño el ojo y yo no tenía más remedio que seguirle, aún recordaba ese BMW y como olvidarme de esa chica. Conducía como si hubiera perdido el sentido de todo y ya no importaba nada más sólo aquella persona que me había hecho daño hace meses atrás, era como si me hubiera vuelto a drogar con ella, condujo hasta un pequeño parque afuera de la ciudad, nunca antes había estado allí. Detuvo, se bajo, y se recostó a su lujoso auto, yo le seguí el juego como solía hacerlo antes. 
-Entonces Tommy..¿No vas a hablarme?- pregunto con su voz seductora, pero yo no tenía palabras en ese momento, no dejaba de pensar en el pasado.

*FLASHBACK*

Ultimo Agosto, decidí pasar unos meses lejos de casa, lejos de mi hermano, de todo, de alguna manera me estaba dejando llevar por otras deseos, por otras experiencias. El lugar donde estaba no era correcto, pero a mi me gustaba, sólo iba a fiestas y desordenes, "estaba dándome la buena vida". En una de esas fiestas conocí a Alex, la chica de la que me había enamorado por primera vez..Era hermosa, no sólo su cara, también su cuerpo..y allí estaba problema, su cuerpo. Alex era el deseo de todos los chicos, había estado con la mayoría de ellos, aunque yo lo sabia quería acercarme.

*FIN DEL FLASHBACK*

-¿Qué haces aquí, Alexandra?-Pregunte nervioso- Ya ni siquiera te vistes como antes- le dije con un poco de rabia. -¿Qué hago aquí? Humm..es muy fácil, Tommy..-Note algo de nervios en su voz, definitivamente esta chica había cambiado.-Tú eres la razón de que este aquí- Se acerco a mí, pero yo me aleje, no me dejaría llevar otra vez.-Han pensado varios meses, ¿Por qué regresas ahora? No encuentro respuestas, ni motivos para perdonarte..Olvídalo, Alexandra, entre nosotros nunca habrá nada-Hubo un silencio mientras observaba su rostro, todo era diferente en ella, incluso su ropa- Yo..no sé..no tengo palabras, Tommy- Y una furia se apodero de mi -No me llames así. Vete de aquí, este no es tu lugar, regresa a donde perteneces.- entre a mi coche, saliendo de ese lugar dejando a aquella chica allí. Alex era diferente ahora, su mirada, de alguna manera era sincera, diferente. Pero no podía olvidar lo que había pasado, nunca olvidaría eso. 

Llegue a mi casa, tome una ducha y me tumbe en la cama, revise mi móvil, un mensaje.

"¿Llegaste a casa? Escríbeme cuando lo hayas hecho. Te quiero. 
-A&B xx" 

Lo leí en voz alta, era Abby, no pude evitar sonreír, después de lo que había pasado, no quería pensar mas en Alex, sólo en Abby, en esa chica "prohibida". Le respondí lo siguiente; 

"¿Entonces te preocupas por mí? Te paso buscando mañana temprano nos vemos hasta entonces. Te quiere más Tom"

Y me dormí. 

6 de la mañana, revise el móvil de nuevo pero no había mensaje alguno, me levante, hice un poco de ejercicios hasta que dieron las 8, tome una ducha mientras sonaba el teléfono. -¿Hola?-Era ella, no pude evitar sonreír-¿Sí? ¿Con quién desea hablar usted, señorita?-Cambie mi voz para jugarle una broma-¿Esta Tom?-notaba su confusión-¿Tom? ¿No querrá usted decir el chico más guapo del universo?- Y me reí- Eres un idiota hahahaha- Su risa era simplemente música para mis oídos- ¿Cuando vendrás? Me he despertado temprano sólo por ti!- Esta chica no dejaba de ponerme las cosas difíciles-Estaré allá en 5 minutos. Cuéntalos-colgué el teléfono y tome un poco de dinero, ya estaba vestido, tome mi móvil y salí de allí. 

6 minutos y ya estaba en su casa, toque la bocina y entonces salió..Vaya, era perfecta. 

-Llegas un minuto tarde- dijo sonriendo, entro a mi auto y me abrazo-¿A dónde vamos?- pregunto- ya lo verás- le conteste guiñando el ojo. Conduje hasta el centro comercial. -Haré algo para impresionarte, será diferente- Abrí la puerta del coche para que ella se bajara-Será mejor que te esfuerces-río- Ven, vamos- y le tome de la mano sin querer ¿Qué estaba haciendo? Pero ella no se soltó hasta que entramos al centro comercial. Fuimos a comprar ropa, y luego me cortarían el cabello, así transcurrió toda la mañana, entre risas y bromas. Ya estaba listo para salir, me vi al espejo, era diferente pero me veía totalmente guapo. Mejor de lo que espere. Salí del vestuario para esperar su respuesta.

Al ver su cara pude notar que totalmente le gusto. De alguna manera le había gustado y yo no podía estar más feliz. -¿Ese eres tú? Te ves..realmente bien!- y me abrazo- Soy una buena acompañante ¿no crees?- Había dejado que ella escogiera todo, esto era por ella- Claro que lo eres, tonta- y los dos nos reímos. 

Su cara cambio de repente -Bueno es hora de las visitas, de ver a mi novio-Enfatizo la palabra "novio" como si doliera en mi pecho, tan sólo trate de ocultarlo - Es cierto, hora de irnos- No quiso hablar más. Llegamos a mi coche y abrí su puerta como de costumbre, prendí la radio y comencé a pasar de estación aunque ninguna canción era de mi agrado-Espera-puso su mano en la mía -Heart Vacancy, déjala por favor- ¿Y si no quiero?- conteste retándola- No te voy a querer más. - Dijo sonriendo, le hice un gesto con los ojos, deje sonando la canción, y describía cosas que sentía ahora. Canto toda la canción, incluso cantaba mejor que los chicos, - Es mejor tu versión- No pude evitar mencionarlo, pude ver el rubor en sus mejillas- Gracias - me regalo otra de esas sonrisas hermosas, sólo que ahora era diferente porque sus mejillas estaban rosadas. Llegamos al hospital..